La motivación juega un papel fundamental a la hora de lograr un equipo unido y comprometido. Aunque conseguirlo sea un reto, resulta de vital importancia para cualquier organización que quiera perdurar. Incluso para los emprendedores que están arrancando y quieren que su dream team se mantenga unido y remando por el proyecto.

No prestar atención a la motivación también puede llevar a problemas de rotación, como ya habíamos hablado en el pasado. No cabe duda de que la gente preferirá trabajar en un entorno que realmente la motive.

Con este post me gustaría empezar una serie relacionada con la construcción de entornos de trabajo motivadores e inspiradores. En concreto, compartir con vosotros nuestro camino y aprendizajes a la hora de afrontar este gran reto. 

Como detalle importante, y complicación añadida para nosotros, comentar que Kypseli nació como un proyecto 100% remoto. Esto afectará al enfoque, propuestas y modelo de trabajo que ponemos en práctica.

No hay dos iguales

Cada persona es diferente y tiene unas motivaciones e intereses particulares. Por eso, el primer paso es ser capaz de entender qué motiva a cada uno de nosotros. Pero no solo quedarnos ahí. Formamos parte de un equipo, y eso requiere que busquemos el mejor balance para todos.

Por ejemplo: en Kypseli tenemos miembros a los que les motiva mucho el orden y otros que dan lo mejor en entornos un poco menos “ordenados”. Lo ideal sería construir un ambiente de trabajo donde ambas partes estén lo más motivadas posible.

Podríamos incluso pensar en “pues si la gente es tan diferente, me quedo solo con los que se parezcan mucho”. Si bien es cierto que podría unir un poco más ese equipo, recordemos que la diversidad es crucial para mejorar e innovar.

Es importante también prestar atención a las personas o roles de mayor influencia y/o asertividad para que no restrinjan al resto de los miembros. Todos sabemos que, por lo general, es más complicado ser sincero delante de tu jefe o alguien con un papel, en cierto modo, más “dominante”.

Direction signal
Jens Johnsson on Unsplash

Lo que de verdad nos mueve

Vamos a ver ahora un par de ejercicios que hemos hecho para sacar a la luz qué motiva a cada uno de los miembros de Kypseli. Y empezaremos por una práctica de Management 3.0: los moving motivators. Personalmente, es un ejercicio que me gusta mucho para empezar conversaciones sobre qué nos motiva. 

El funcionamiento es muy sencillo:

  • Empezaremos repartiendo a cada miembro un grupo de 10 cartas, cada una de las cuales tiene un factor de motivación. En nuestro caso, dada la distancia, lo hemos hecho a través de paneles interactivos online como los Jamboard de Google.
  • A continuación pediremos a cada miembro que ordene de izquierda (menos importantes) a derecha (más importantes) los diferentes factores según sean más o menos importantes para él/ella.
  • Ahora abriremos la reflexión y conversación animando a cada persona a compartir su impresión sobre cada uno de los motivadores.

Este ejercicio puede repetirse cada cierto tiempo, y seguramente los resultados serán diferentes. Es normal, ya que el entorno y las circunstancias de cada uno cambian con el tiempo.

Una vez finalizada esta actividad obtendremos un conocimiento muy valioso sobre qué es lo que más y menos motiva a cada uno. Incluso podemos empezar a entrever qué variedad hay en el equipo. Si a todos lo que más les motiva es el orden, y lo que menos las relaciones personales, tal vez sería bueno añadir un poco de diversidad.

Eso lo haría incluso gratis

A continuación nos enfocamos en entender qué es lo que cada uno de nosotros querría hacer en un futuro. Me refiero a lo que realmente más le gustaría. Aquello que le motivaría hasta tal extremo que lo haría aunque no le pagasen por ello. En nuestro caso lo hicimos a través de un nuevo ejercicio. 

Comenzamos pidiendo a cada miembro del equipo que pensase en su “trabajo ideal”. Es importante crear un contexto que rompa todo lo posible con la realidad actual para obtener los máximos beneficios. Es decir: que nos olvidemos de lo que hacemos ahora mismo, dónde trabajamos, dónde vivimos, etc. Como si no hubiese restricciones y fuésemos completamente libres. Podemos jugar incluso con condiciones como “imaginad que os ha tocado la lotería” (para eliminar la preocupación económica) o “imaginad que tenéis la habilidad de aprender cualquier cosa automáticamente” (para quitar la restricción de aprendizaje). Podeis incluso plantear un pequeño ice breaker al principio, ya que ayudan mucho a romper con el contexto de trabajo y disparar la creatividad.

A continuación pediremos a cada miembro que vaya anotando algunos puntos que representarían su trabajo ideal: a qué se dedicarían, cómo lo harían, qué querrían sí o sí, qué no querrían ver ni en pintura, etc. Por supuesto, estaría genial que cada uno se animase a contar un poco lo que tiene en mente.

Al final del ejercicio recogeremos toda esta información para analizarla. Al hacerlo, empezaremos a vislumbrar lo que hay en la mente de cada uno. Qué es lo que realmente querrían hacer en su vida. Y no hay mejor punto de partida para empezar a trabajar.

Los pilares de un nuevo futuro

Y ahora viene el trabajo de montar el puzzle. Tomaremos todo el feedback recibido y lo analizaremos para extraer aspectos que deberían formar parte de nuestro día a día para acercarnos todo lo posible a lo que realmente nos motiva.

Debemos prestar especial atención a aquellas ideas que no estén alineadas con la cultura que queremos proteger. Es decir: que no ponemos sobre la mesa propuestas que puedan poner en riesgo el marco común del equipo y la organización.

Pero esto tampoco significa que este marco esté grabado en piedra. Es importante encontrar el balance más sano para todos. De hecho seguramente descubramos aspectos que podrían dar forma a nuestro marco cultural. En nuestro caso decidimos modificar nuestra visión para incluir aspectos del día a día que eran muy importantes, a nivel motivacional, para nosotros. Con esto lo que pretendemos es que esa visión realmente nos inspire y guíe hacia nuestro futuro ideal. 

Y de todo este análisis deberíamos obtener una serie de aspectos a considerar para mejorar la motivación en nuestro entorno de trabajo. Y aquí empieza el trabajo: priorizar y empezar a atacar cada uno de esos puntos.

A modo de ejemplo, en nuestro caso han salido temas como:

  • Que nuestro trabajo nos permita un balance sano entre la vida personal y laboral. Que nos ofrezca bastante independencia y nos permita decidir cuándo y cómo trabajar.
  • Formar equipo con gente que comparta nuestros valores. Con los que tengamos una relación excelente. Que nos ayude y apoye y, viceversa. Que sea proactiva y le guste aprender y mejorar.
  • Que nuestro trabajo nos permita hacer más felices y mejorar la vida de los demás.
  • Crear un entorno de trabajo libre de estrés y preocupaciones innecesarias.
  • Poder trabajar desde cualquier lugar.
  • Minimizar el tiempo y esfuerzo dedicado a trámites legales, burocráticos, contratos, etc.
  • Mantener una jerarquía lo más plana posible. Trabajar entre iguales.
  • Trabajar divirtiéndonos.
  • Que nuestro día a día nos ofrezca retos y aprendizajes. Que fomente la creatividad, la innovación y que no nos estanquemos.

Para ir cerrando

Asegurar un equipo unido, comprometido y motivado es vital tanto para los equipos como las organizaciones si quieren lograr una productividad sana y perdurar.

A lo largo de este post os he contado un poco cómo hemos hecho nosotros para, a través de dos ejercicios de equipo, extraer una serie de propuestas que lleven a Kypseli hacia un entorno que realmente nos motive.

A partir de ahí hemos visto cómo podemos obtener una serie de aspectos a considerar como base para elaborar un plan de acción sobre el que trabajar.

En siguientes posts os iré contando cómo avanzamos con dichas mejoras, los problemas que nos encontramos, errores que cometamos, etc. 

A modo de recomendación personal quería dejaros también el libro de Daniel Pink “La sorprendente verdad sobre qué nos motiva”. Me parece que hace una magnífica labor de síntesis de otros autores y es un punto de entrada muy ameno a este tema.

Como siempre, ¡encantado de escuchar vuestra experiencia si os animáis a compartirla! Cada equipo y organización es diferente y seguramente podamos aprender mucho unos de otros.