He estado preguntándome por qué por lo general concebimos el diseñador estereotípico con un gran ego. Y bueno, quería compartir mis reflexiones con vosotros. 

Para empezar, ¿qué es el ego?

Etimológicamente, viene del latín ego, que significa yo. Se entiende comúnmente como el sentimiento de autoestima o confianza de una persona en sí misma. El ego es la identidad que nuestra mente construye de nosotros mismos. Es nuestra realidad. 

El ego no es malo per se. Nos ha ayudado a lo largo de la historia para diferenciarnos unos de otros. Nos hace desarrollar personalidades y habilidades. Necesitamos el ego para empezar a pensar por nosotros mismos y no solamente como parte de la tribu. El ego nos ha traído pensadores innovadores y ha hecho posible que los Albert Einstein y Steve Jobs del mundo diesen un paso y compartiesen su brillante mente. 

Sin embargo, hoy en día el ego tiene una connotación negativa. Y esto se debe al exceso de ego. Cuando el ego supera a la humildad, llega el punto en el que nos volvemos narcisistas y egocéntricos. Todos conocemos a gente con un ego desmesurado. Piensa en esa persona que siempre tiene que «ganar» las discusiones o aquella otra que siente la necesidad de llamar la atención, incapaces de dejar de lado su ego. 

Yo opino que no es el ego lo que es malo en sí mismo, sino la falta de humildad.

Vince Fleming – Unsplash

Entonces, ¿por qué percibimos normalmente a los diseñadores como personas con mucho ego?

Empecemos analizando la profesión del diseñador. Su trabajo es muchas veces parte de su ser. De la misma manera que ocurre a escritores, directores de cine, músicos, y cualquier otra clase de artista. Es su creación y es fácil (y a veces inevitable) sentir un apego emocional con su trabajo. 

El tema con el diseño es que todo el mundo puede tener una opinión a pesar de no tener experiencia diseñando. El diseño está más expuesto a opiniones que en otros trabajos. Un cliente casi nunca le dirá a un desarrollador «¿Por qué no intentas hacer el proyecto en esta otra arquitectura?». De la misma manera que a un arquitecto no le decimos «Prueba a colocar todas las ventanas en el techo y las paredes de metal». El cliente frecuentemente tendrá algo que añadir e intentará mejorar tu diseño. Esto no es necesariamente malo, pero muchos diseñadores se ponen en una posición muy defensiva, que resulta en una lucha de egos más que una oportunidad para mejorar.

Yo creo que en realidad hay otra gente en diferentes disciplinas también con mucho ego. Es simplemente que el ego de los diseñadores puede ser más visible, ya que su trabajo es más susceptible de recibir críticas externas. 

No dejes que tu ego supere tu humildad.

La solución no es solamente decir «No saben nada de diseño». ¡Evidentemente no! ¡Ese es nuestro trabajo! Sin embargo, saber cómo justificar y explicar las decisiones que hemos tomado es lo que nos hará mejores profesionales. Una vez más, «un gran ego conlleva una gran humildad«. 

Además, dejar el ego a un lado es el primer paso para construir una mejor relación de confianza con tus clientes. De hecho, hace no mucho Javier escribió un post muy interesante sobre cómo funciona la confianza (y el egocentrismo es uno de los factores más importantes). Ve a echarle un vistazo si quieres saber más.

Como buenos diseñadores, no deberíamos tomarnos las críticas como un ataque y ser autocríticos también. Saber aceptar una crítica constructiva nos lleva a una mejora continua como profesional. En el caso de que alguien sugiera un cambio ridículo de diseño, nuestra meta debería ser la de justificar nuestras decisiones con criterio y así educarle. 

Juicy Salif
Quien haya leído a Don Norman sabe que esto es un exprimidor

El diseño funcional es nuestro amigo. 

Para tomar decisiones que sean justificables, deberían estar basadas en solucionar una necesidad concreta. Los datos son otra poderosa herramienta para respaldar nuestras decisiones siempre que sea posible. La funcionalidad debe ir antes que la estética en el diseño, siempre. 

Además, como ya comenté antes, es bueno tener en mente que siempre diseñamos para alguien y no para nosotros. Mantener el foco en las personas a las cuales diseñamos nos ayudará a no apegarnos emocionalmente a nuestro trabajo. Y de esta manera, diseñamos para la gente, y no para nuestro ego

PD: Siéntete libre de comentar y compartir tu opinión. Me encantará leer otras reflexiones sobre el tema. Cualquier crítica será bien aceptada 😉