Si hay algo en lo que están de acuerdo la mayoría de startups que llevan un tiempo en el mercado es en la importancia del diseño. Al mismo tiempo, gran parte de ellos no lo trabajaron desde un primer momento y reconocen que es uno de los errores que más les costó. Pero, ¿por qué es tan común que no se invierta desde el principio en el diseño del producto como se invierte en marketing, por ejemplo?

Voy a arrojar un poco de luz sobre el tema y analizar este problema desde mi punto de vista. Para que se entienda mejor, utilizaré una startup con un producto digital como ejemplo a lo largo del post.

Urgente vs importante

Para explicar mi punto de vista, tengo que hacer referencia a un concepto realmente interesante del libro de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen R. Covey. Covey introduce, para la gestión del tiempo efectiva, una matriz con dos ejes para categorizar las tareas: urgente e importante.

Podemos observar que la matriz nos queda separada en cuatro cuadrantes, que representan lo siguiente:

Cuadrante 1: Importante y urgente

Pertenecen a este cuadrante los proyectos con una deadline cercana, los problemas urgentes que hay que resolver cuanto antes… Y recomienda dar cierta prioridad a estas tareas. Sin embargo, advierte que centrarse demasiado en este cuadrante solo hace que crezca y domine al resto.

En este cuadrante podríamos incluir tareas como desarrollar la aplicación para lanzarla al mercado cuanto antes, negociar con stakeholders, conseguir inversores, conseguir clientes… Todo lo estrictamente necesario y que tiene una fecha límite. 

Cuadrante 2: Importante y no urgente

Se sitúan en este cuadrante las tareas que tendrían un gran impacto pero no son urgentes, ya que no tienen una fecha de vencimiento. Hablaremos más en detalle de este cuadrante un poco más abajo. 

Tareas como conseguir alianzas, trabajar en la estrategia de negocio, su visión, sus valores, el plan financiero, formar una cultura de la empresa, el esfuerzo por innovar y la felicidad del equipo podrían formar parte de este cuadrante.

Cuadrante 3: No importante y urgente

Seguro que ya puedes ver por dónde van los tiros. Aquí iría todo lo que es urgente, para ya, pero en realidad no es tan importante. Interrupciones, reuniones, llamadas o emails no planificados. Estas tareas tienen un enfoque a corto plazo que no está alineado con nuestros objetivos. Se recomienda delegar o intentar evitar todo lo que se encuentra en este cuadrante. 

En nuestro ejemplo para startups, podría ser el acudir a eventos (sin un objetivo claro, por estar en el evento del año), reuniones de equipo interminables que se van por las ramas, los emails de un posible cliente que sabes que no va a llegar a nada… Tareas que podríamos pensar intuitivamente que son urgentes y hay que hacerlas, pero que nos sentiríamos muy tranquilos delegándolas

Cuadrante 4: Ni importante ni urgente

Nos podemos imaginar qué tipo de actividades pertenecen al último cuadrante. Distracciones o charlas que no aportan nada al objetivo, actividades que son placenteras pero que no son urgentes ni realmente importantes. Covey nos recomienda eliminarlas por completo

El impacto del segundo cuadrante

think outside the box
Nikita Kachanovsky – Unsplash

Gran parte de las personas, en general, se pasan la mayor parte del tiempo en el lado izquierdo de la matriz. Resolviendo problemas que son urgentes porque son necesarios para un momento en concreto y se ve puede ver reflejado que necesitan de nuestro tiempo en una agenda. De esta manera, dedicando todo el tiempo en problemas que no son tan importantes, nos quedamos sin tiempo para el trabajo que puede tener un impacto muy grande en nosotros. 

Según Covey, «el cuadrante 2 es el corazón de la administración personal efectiva». Es decir, que deberíamos enfocarnos en las tareas que son importantes y no urgentes. Si damos prioridad a todo lo que sentimos que es urgente, no nos quedará tiempo para lo que realmente tiene un impacto en nuestra vida (o nuestra empresa).

Así, invirtiendo más tiempo a lo importante y no urgente, disminuiremos a largo plazo la cantidad de tareas del primer cuadrante, reduciendo el estrés que produce el cuadrante 1 al solucionar problemas futuros. Además, para dedicar más tiempo al cuadrante 2, tenemos que detectar tareas que se sitúen en los cuadrantes 3 y 4, que no son importantes para nosotros. 

El diseño pertenece al segundo cuadrante

Entonces, me vuelvo a preguntar: ¿Es importante el diseño en una startup? Aunque el libro de Stephen Covey fue escrito pensando en el desarrollo personal, como mencioné antes, considero que este principio es totalmente aplicable a diferentes ámbitos de la vida, incluido el empresarial. 

Al igual que en nuestras vidas personales, es muy común ver cómo startups se centran en los problemas que le van llegando y requieren de una solución rápidamente, centrándose así a la izquierda de la matriz

En mi humilde opinión, muchas startups pecan de impacientes –también por la presión del time to market– y se quiere producir rápido, sin planificar previamente (traté este tema aquí). 

lightbulb
Diego PH – Unsplash

El impacto del diseño a largo plazo

Al igual que muchas otras tareas del cuadrante 2, en muchas ocasiones no vemos una recompensa a corto plazo en el diseño. «Ya se podrá trabajar en ello más adelante», «Hay cosas más urgentes». Sin embargo, al igual que el plan financiero, la estrategia de negocio o la cultura de una empresa, no trabajar el diseño de un producto desde el principio, creará a la larga problemas con soluciones mucho más complicadas y costosas.

Muchas veces no se priorizan estas tareas hasta que nos damos cuenta de que es un problema muy relevante. Y el problema que se crea es que hay que hacer de golpe el trabajo que se tendría que haber finalizado desde un principio y, además, recuperar todo el trabajo del tiempo perdido. 

Por ejemplo, en el caso de Kypseli, nosotros tardamos mucho en realizar el plan financiero, teniendo que recoger también meses con todo el histórico hasta el momento en el que lo hicimos.

Un producto va a tener diseño sí o sí. Y si el diseño no es bueno, es malo. No puede no tener diseño. 

En el caso del diseño, algunos hasta tienen que volver a desarrollar desde cero el producto, sumando el coste de un desarrollo de nuevo completamente desde cero. 

Muchas veces se pasa por encima el impacto que el diseño tiene en un producto. Trabajar correctamente en el diseño del producto ayuda a generar tracción, pero sobretodo retención y fidelización de usuarios. Factores que influyen mucho en el éxito de un negocio.

Los inversores también entienden que para que tenga éxito un producto, la retención –y no la tracción– juega un papel crucial. Además de que la percepción del usuario cambiará por completo dependiendo del diseño del producto. 

Cada empresa es un mundo

Desde luego, el impacto del diseño en un negocio dependerá de la naturaleza del mismo, y no pretendo sentar cátedra. Pero considero que es algo muy a tener en cuenta sobretodo por empresas que basan su negocio en un producto digital. Empresas como Apple, Airbnb, Pinterest o Kickstarter consiguieron triunfar en gran medida por su enfoque en el diseño. También empresas como Amazon, Google o Facebook cuidan mucho la experiencia del usuario en sus servicios para lograr sus objetivos aunque al principio no lo hiciesen. 

colour pencils
Neven Krcmarek – Unsplash

Os animo a comentar vuestras opiniones al respecto, ya que es un tema que seguro que tendrá una gran variedad de opiniones. Y si os interesa la productividad y el desarrollo personal, recomendaría la lectura del libro arriba mencionado, que tiene muchos más consejos interesantes.